GENTE FORZADA DEL REY. Presos, rematados y presidiarios en el tránsito del siglo XVIII al XIX.
El delincuente pasa por tres
estadios. Primero es preso en una cárcel hasta que se determine su culpabilidad
y se dicte una pena. El segundo estadio es el de rematado, dictada sentencia:
hay que esperar su traslado al lugar donde cumplirá la pena. Si la sentencia es
de muerte, será el patíbulo quien ponga final al proceso. Pero lo habitual es
que inicie un viaje hacia plazas tan lejanas como Orán, La Habana o Manila.
Cuando llega a destino comienza su tercer estadio: el de presidiario, que resume
a su vez muchas posibles trayectorias. Este libro contempla los tres estadios a
través de un amplio abanico de fuentes, que documentan tanto los procedimientos
de las instituciones encargadas de la custodia de los presos, del tránsito de
los rematados o del trabajo de los presidiarios como la voz de los reos a través
de sus memoriales. La época analizada: el final del Antiguo Régimen, de los
últimos años de Carlos III al advenimiento de Fernando VII, con la guerra de
Independencia en medio. El análisis en paralelo de las obras jurídicas coetáneas
permite contemplar la distancia que media entre la norma y aplicación efectiva
en una época llena de dificultades