CONTRATO DE LEASE-BACK, EL.

    El dinamismo de la actividad económica determina la aparición en el mercado de nuevas técnicas de financiación empresarial, entre las que se encuentra el lease-back, como modalidad del leasing o arrendamiento financiero. Para dotar de cobertura legal a tales operaciones económicas de financiación se crean nuevas figuras negociales, como el contrato de leasing o el de lease-back, que precisan de un régimen jurídico que los regule adecuadamente y dé respuestas a los diversos interrogantes que la materia suscita en la práctica.

    La solución que al día de hoy dan nuestras leyes no es satisfactoria, ya que no existe una disciplina completa del leasing en sus aspectos sustantivos y las referencias al lease-back en nuestra legislación son muy escasas. No obstante, existe una cierta uniformidad en el mercado en el que el leasing y el lease-back suelen revestir la forma de contrato de adhesión con un condicionado general que presenta grandes similitudes entre los diversos contratos, y en el que se regula detalladamente la figura.

    Tampoco existe, en muchos aspectos, una jurisprudencia constante sobre el leasing. Y, por lo que respecta al lease-back, ésta es escasa y divergente, pues en la actualidad existen sólo diez Sentencias del Tribunal Supremo referidas al citado contrato, que manifiestan posturas no siempre coincidentes entre ellas.

    En la doctrina, el lease-back tampoco ha sido objeto de la atención que su importancia demanda, pues se han realizado escasos análisis específicos sobre la figura que intenten precisar sus difusos contornos y dar respuesta a los diversos problemas que esta plantea.

    La materia se complica aún más al observar, como veremos, que existen distintos elementos que pueden configurar al lease-back como una garantía y suscitan el interrogante de si lo que aparentemente es una nueva técnica de financiación empresarial, que da origen a un novedoso contrato, no es realmente una figura que utiliza la transmisión de la propiedad a modo de garantía real. La respuesta a esta cuestión reviste una gran trascendencia práctica, pues supone determinar a quién corresponde la propiedad del bien cedido en lease-back, lo que conlleva trascendentes consecuencias en orden al ejercicio de tercerías de dominio. De este modo, la materia entronca con cuestiones tan debatidas en la doctrina como el negocio fiduciario.

(De la Introducción)