DEL SENADO Y DE SU PRÍNCIPE.

CAPÍTULO I
De la necesidad que tiene del senado el rey y todo el reino, para su conservación y ampliación
 

CAPÍTULO II
De la institución del senado
 

CAPÍTULO III
Del supremo senado de España y de todos los consejos que hay en él
 

CAPÍTULO IV
De los senados y curias de la ciudad y reino de Valencia

 

CAPÍTULO V
Qué cosa es senado y lo que se requiere para serlo; y del poco valor que tiene lo que se hace sin acuerdo
 

CAPÍTULO VI
Si es conveniente que sea temporal o perpetuo el senado y los senadores y oficiales de la república
 

CAPÍTULO VII
Del príncipe del senado, y de las virtudes que ha de tener
 

CAPÍTULO VIII
De lo mucho que ha de honrar el príncipe a los buenos consejeros y recatarse de los malos; y cómo se han de reprender sus excesos.
 

CAPÍTULO IX
Si está obligado el príncipe a consultar todos los negocios con el senado y a seguir su parecer, así en los de gracia como en los de justicia.
 

CAPÍTULO X
Que no se pueden errar las cosas que bien se consultan y bien se proponen en consejo, y las causas de los malos sucesos que tienen algunas veces las consultas.
 

CAPÍTULO XI
Prosiguiendo la materia del capítulo precedente se trata también del oficio y fin del príncipe del senado y de los senadores; y que muchas veces no se yerra en las consultas aunque se yerren los negocios.
 

CAPÍTULO XII
De los Señores que tienen en España por honor y dignidad este título de consejeros de su majestad.
 

CAPÍTULO XIII
De los otros senadores y consejeros de su majestad; así llamados por el oficio que ejercitan y primero de su elección, y de sus partes naturales.

 

CAPÍTULO XIV
Cuál sea mejor para senador o juez el natural o ei extranjero, y si conviene que haya eclesiásticos y de diversos Estados en el senado.
 

CAPÍTULO XV
De otras buenas partes naturales que ha de tener el senador
 

CAPÍTULO XVI
De las partes adquiridas y sobrenaturales, en especial de las virtudes de prudencia
 

CAPÍTULO XVII
De las virtudes de justicia, que principalmente convienen al senador
 

CAPÍTULO XVIII
De la bondad del consejo, y de otras virtudes que de ella nacen
 

CAPÍTULO XIX
De la sabiduría que se requiere en el senador y en las demás personas del gobierno
 

CAPÍTULO XX
Se dan algunas advertencias al nuevo senador
 

CAPÍTULO XXI
Del celo de la observancia de las leyes y de la concordia que ha de haber en el senado
 

CAPÍTULO XXII
Cómo y cuándo ha de venir, y estar, y salir el senador del senado
 

CAPÍTULO XXIII
Quién ha de votar primero, y si será vía secreta o pública, y cómo se habrá con los ausentes

 

CAPÍTULO XXIV
De qué forma se ha de preferir el voto, y qué debe ser oído con paciencia
 

CAPÍTULO XXV
Cómo se ha de votar en los negocios muy graves y dificultosos
 

CAPÍTULO XXVI
Cómo se ha de votar en los negocios que segunda y tercera vez se proponen en consejo
 

CAPÍTULO XXVII
Del vicio que hay en ciertos extraordinarios razonamientos y modos de votar
 

CAPÍTULO XXVIII
Si es lícito callar en el senado, renunciando a su voz, o saliéndose afuera, o no viniendo, o dejándose al parecer de los demás.
 

CAPÍTULO XXIX
De la obligación que tienen los senadores de decir y aconsejar lo que sienten en conciencia
 

CAPÍTULO XXX
Qué es necesario hablar con libertad en el senado para que todos voten rectamente
 

CAPÍTULO XXXI
En el cual se deshacen las razones que podría alegar el senador en respeto a la persona real, para no decir lo que siente con toda libertad.
 

CAPÍTULO XXXII
Por parte de los senadores hay otras cosas que les podrían quitar la libertad en el senado
 

CAPÍTULO XXXIII
Si puede retractarse el senador, y mudar de parecer después de haber votado

 

CAPÍTULO XXXIV
De la brevedad que se ha de usar en las consultas; y cuántos han de ser los votos para que el negocio se diga haberlo determinado el senado; y si conviene que hayan de concordar todos.
 

CAPÍTULO XXXV
Si están obligados los de la menor parte del senado a seguir el parecer de la mayor, y afirmarse en lo que ella determina, y en los decretos del príncipe.
 

CAPÍTULO XXXVI
Del grande secreto que se debe a los negocios que se tratan en el senado
 

CAPÍTULO XXXVII
Del justo premio de los buenos consejeros
 

CAPÍTULO XXXVIII
De los malos consejeros, y de su justa pena
 

CAPÍTULO XXXIX
Del respeto con que se han de tratar en los senados las cosas de Dios y de la Iglesia; trátase aquí en especial del culto divino y de las rentas eclesiásticas.
 

CAPÍTULO XL
De las cosas que tocan a la corona real, y de sus rentas y tributos
 

CAPÍTULO XLI
De las leyes que se establecen en el senado, al cual pertenece también dar el orden que se debe tener en leerlas, y enseñarlas en las universidades, y en abreviar los pleitos.
 

CAPÍTULO XLII
De lo mucho que se ha de mirar en las elecciones de los oficiales ptíblicos, y de su residencia

 

CAPÍTULO XLIII
Si conviene que se den muchos oficios a uno, o un oficio muchas veces a uno; o el oficio del padre al hijo.
 

CAPÍTULO XLIV, Y ÚLTIMO
Que conviene haya censores en todas las repúblicas grandes, y pequeñas

Relacionados

¿Quieres conocer las últimas novedades?