SEGUNDO TRATADO SOBRE EL GOBIERNO CIVIL.
El
Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil
ha estado desde sus inicios indisolublemente unido a la doctrina liberal
anglosajona. En el seno de ésta ocupó su autor durante algún tiempo un sitial
preferente y respetado, y en ella encontró esa obra la reverencia algo hierática
que se debe a los textos fundadores. Pero la introducción de nuevos conceptos y
la revisión de postulados básicos en el análisis de la formación del pensamiento
político moderno que tuvo lugar durante la segunda mitad del siglo pasado,
llevaron a que se revisaran muchos aspectos en que se fundaba dicho respeto.
Tras la marea de republicanismo que sacudió al mundo académico anglosajón
durante los años ochenta, las apelaciones tradicionales al Segundo Tratado
debieron adaptarse a los tiempos y acostumbrarse a convivir con otras
aproximaciones. En ese sentido, existen legítimas dudas de hasta qué punto la
heterogénea y sesgada combinación entre los derechos naturales de Locke, el
análisis smithiano del mercado y la defensa de Mill de la libertad pueden
fundamentar histórica y lógicamente una categoría.